El amor en los tiempos de Christian Grey
Anastasia le preguntaba a Christian el porqué no podían ser una pareja normal, que fuera al cine o que fuera a cenar a algún lugar romántico. Christian le decía que simplemente él no era así.
Muchos de nosotros ya hemos leído o visto la película de 50 Shades of Grey, la cual ha sido un total éxito en cuanto a mi apreciación concierne. Hemos visto cómo Anastasia cae por el chico malo que parece bueno y cómo prontamente se convierte en Sr. Correcto, con todas las concesiones y el genial sexo. Pero fuera de eso, ¿qué tal el amor? Y esta pregunta viene a mi mente con el día de San Valentín.
Esto no es una crítica a la película ni mucho menos a las prácticas BSDM. Esta columna se enfoca más a qué tan fácil cambiamos nuestras concepciones del amor tan pronto sale una película taquillera o un libro famoso.
Recuerdo que cuando se estrenó Sex & the City The Movie todos queríamos un Mr. Big que nos amara y que nos comprara un departamento sin entender el trasfondo de la relación entre Carrie y Mr. Big. Cuando se estrenó la película Twilight todos queríamos un vampiro o un hombre lobo que nos pusiera en tanto peligro con la justificación del amor; sin entender que esas relaciones forman círculos viciosos la mayoría de las veces.
Lo que encuentro interesante de esta propuesta de 50 Shades of Grey es cuán genial tratan al amor y al sexo. Primero vemos que Christian Grey es un fanático del control y que busca por todas maneras poseer a Anastasia Steele. ¿Hasta qué punto eso es saludable? En la película y el libro vemos un contrato, el cual explícitamente pone límites y reglas, los cuales deben de ser seguidos por ambas partes y que puede ser anulado en cualquier momento.
El sexo siempre es consensuado y bastante erótico, Anastasia se encuentra cayendo por el agujero del conejo blanco del mundo BSDM, siempre del lado seguro y con mucho, mucho cuidado.
En relación con el amor, y ahora dando unos pequeños tips implícitos, Anastasia se enamoro del sujeto que tenía una historia, el cual, a pesar de tener una coraza le daba señales de amor a Anastasia y le respetó bajo las condiciones que ambos habían impuesto sobre sus propios cuerpos. ¿No es entonces lo que todos buscamos o aspiramos a tener? Un amor basado en respeto, en amor, en historias? Sí, y no. Faltaba la verdad entre ellos dos, faltaba que Grey contara su historia a Steele, y que los dos pudieran construir a partir de ello.
Yo, en lo particular, no suelo dar muchas señales de vida a mi pareja, suelo quedarme mudo cuando de hablar de mí se trata. Quizá es momento de que todos tomemos valor este 14 de febrero y nos tornemos un poco a la Grey y un poco a lo honesto. Digamos nuestra historia más penosa a nuestra pareja y luego, dependiendo de lo bueno o lo malo de esa historia, que nos premien o nos castiguen—o premiamos y castigamos, según sea el caso—; siempre y cuando se quede en las 50 sombras de lo consensuado, con un contrato verbal de que ambos quieren hacerlo y que tendrán siempre palabras de seguridad.
Les recomiendo no tener miedo a probar cosas nuevas, siempre y cuando estén informados de cómo hacerlo y permaneciendo en el lado seguro. Procura ir a una sex shop y pedir informes de qué es el BDSM y cómo funciona.
Recuerden que no podemos cambiar la esencia de alguien, no podemos pedirle que haga coas que no le plazcan, por el simple hecho de que a nosotros nos producen placer. El sexo en pareja es un camino de debe de ser recorrido por dos o más personas; todas las personas al mismo tiempo, sin obligar a nadie y sin dejar a nadie.
Antonio Bueno Díaz
